Más decks gastronómicos en los barrios porteños
<div align="justify">Tenen ocho metros de largo y dos de ancho. En los extremos hay dos maceteros de hormigón macizo puestos para garantizar la seguridad de las personas. Son corralitos de metal ubicados en la calle, en la línea de estacionamiento de los vehículos, como un apéndice de las veredas de bares, cafés y restaurantes. Se los llaman decks gastronómicos, la nueva apuesta para ofrecer mayor superficie de espacio público.<br><br>En diciembre pasado empezaron a instalarse en toda la ciudad. Hasta el momento ya hay 46 y en las próximas semanas habrá otros 24 nuevos espacios con lo que finalizará la primera etapa. Pueden verse en Montserrat, San Telmo, Villa Luro, Palermo, Villa Ortúzar, Almagro, Boedo, Barracas, Saavedra, Nuñez, Villa Crespo, Villa Devoto, Colegiales y Monte Castro. Pero podrían extenderse a más barrios.<br><br>En todos esos puntos se verán como una vereda ampliada cuyo objetivo es el de ganar espacio para darle mayor comodidad al peatón, según los fines perseguidos por el gobierno que impulsó el proyecto. A través del Ministerio de Ambiente y Espacio Público se hizo un relevamiento de los posibles lugares donde instalar los decks y luego la propuesta fue trasladada a los comerciantes. Los costos de materiales e instalación corren a cuenta del Estado; a cambio, los propietarios de los locales se comprometen a realizar el mantenimiento de los espacios. La inversión total es de 12 millones de pesos.<br><br>Se trata, además, de un nuevo elemento que apunta a desalentar el uso del automóvil. Los decks están siendo instalados en calles con estacionamiento permitido las 24 horas y aunque el impacto aún no sea grande por la cantidad de estructuras colocadas, quitarán espacios para ubicar los vehículos (dos por estructura). Se suman así a la causa iniciada con los 160 kilómetros de bicisendas y los 28.000 contenedores móviles distribuidos por toda la ciudad.<br><br>"El deck es lo que primero se llena, la gente va directo ahí. Hay momentos en que las mesas de la vereda están vacías y el deck siempre ocupado", cuenta <b>Marcelo Guterman</b>, propietario del comercio de Estomba y De los Incas. "Le cambia la imagen al local", agrega.<br><br>El objetivo de estos módulos es optimizar el uso del espacio público y ampliar la oferta gastronómica en la ciudad. Los locales que ya contaban con mesas en la vereda tendrán más lugares; aquellos que no tenían la posibilidad de ofrecer espacios al aire libre, como en San Telmo y Montserrat, tendrán ahora la oportunidad de hacerlo, según explicaron desde Ambiente y Espacio Público. Ningún comerciante estará obligado a quitar mesas de la vereda.<br><br>Los corralitos fueron instalados en calles de mano única de dos o más carriles, pero no en avenidas. Se buscaron arterias por las que no circulara ninguna línea de colectivos. La Secretaría de Transporte se encargó de verificar que los espacios cumplieran los requisitos técnicos necesarios para la colocación de la infraestructura.<br><br>"Sirve para descongestionar la vereda y es un apoyo al sector gastronómico porque cambia la estética del lugar", opina el propietario del restaurante de Tronador al 1500. "Lo bueno es que no molesta a la gente. Beneficia a todos porque embellece el lugar. Antes tenía autos estacionados durante varias semanas", agrega.</div><p align="justify">La primera experiencia de los corralitos gastronómicos fue hace dos años en Caballito, sobre varias de las calles que cruzan la avenida Pedro Goyena, aunque anteriormente había algunas estructuras esparcidas por la ciudad. En esa zona se habían instalado 16 decks, cuyo largo no superaba los cinco metros, con el objetivo de revitalizar la oferta gastronómica. Como en varias ciudades europeas, estos espacios ya forman parte del mobiliario porteño.</p><span></span>
22 | ENE | 2017
Tenen ocho metros de largo y dos de ancho. En los extremos hay dos maceteros de hormigón macizo puestos para garantizar la seguridad de las personas. Son corralitos de metal ubicados en la calle, en la línea de estacionamiento de los vehículos, como un apéndice de las veredas de bares, cafés y restaurantes. Se los llaman decks gastronómicos, la nueva apuesta para ofrecer mayor superficie de espacio público.

En diciembre pasado empezaron a instalarse en toda la ciudad. Hasta el momento ya hay 46 y en las próximas semanas habrá otros 24 nuevos espacios con lo que finalizará la primera etapa. Pueden verse en Montserrat, San Telmo, Villa Luro, Palermo, Villa Ortúzar, Almagro, Boedo, Barracas, Saavedra, Nuñez, Villa Crespo, Villa Devoto, Colegiales y Monte Castro. Pero podrían extenderse a más barrios.

En todos esos puntos se verán como una vereda ampliada cuyo objetivo es el de ganar espacio para darle mayor comodidad al peatón, según los fines perseguidos por el gobierno que impulsó el proyecto. A través del Ministerio de Ambiente y Espacio Público se hizo un relevamiento de los posibles lugares donde instalar los decks y luego la propuesta fue trasladada a los comerciantes. Los costos de materiales e instalación corren a cuenta del Estado; a cambio, los propietarios de los locales se comprometen a realizar el mantenimiento de los espacios. La inversión total es de 12 millones de pesos.

Se trata, además, de un nuevo elemento que apunta a desalentar el uso del automóvil. Los decks están siendo instalados en calles con estacionamiento permitido las 24 horas y aunque el impacto aún no sea grande por la cantidad de estructuras colocadas, quitarán espacios para ubicar los vehículos (dos por estructura). Se suman así a la causa iniciada con los 160 kilómetros de bicisendas y los 28.000 contenedores móviles distribuidos por toda la ciudad.

"El deck es lo que primero se llena, la gente va directo ahí. Hay momentos en que las mesas de la vereda están vacías y el deck siempre ocupado", cuenta Marcelo Guterman, propietario del comercio de Estomba y De los Incas. "Le cambia la imagen al local", agrega.

El objetivo de estos módulos es optimizar el uso del espacio público y ampliar la oferta gastronómica en la ciudad. Los locales que ya contaban con mesas en la vereda tendrán más lugares; aquellos que no tenían la posibilidad de ofrecer espacios al aire libre, como en San Telmo y Montserrat, tendrán ahora la oportunidad de hacerlo, según explicaron desde Ambiente y Espacio Público. Ningún comerciante estará obligado a quitar mesas de la vereda.

Los corralitos fueron instalados en calles de mano única de dos o más carriles, pero no en avenidas. Se buscaron arterias por las que no circulara ninguna línea de colectivos. La Secretaría de Transporte se encargó de verificar que los espacios cumplieran los requisitos técnicos necesarios para la colocación de la infraestructura.

"Sirve para descongestionar la vereda y es un apoyo al sector gastronómico porque cambia la estética del lugar", opina el propietario del restaurante de Tronador al 1500. "Lo bueno es que no molesta a la gente. Beneficia a todos porque embellece el lugar. Antes tenía autos estacionados durante varias semanas", agrega.

La primera experiencia de los corralitos gastronómicos fue hace dos años en Caballito, sobre varias de las calles que cruzan la avenida Pedro Goyena, aunque anteriormente había algunas estructuras esparcidas por la ciudad. En esa zona se habían instalado 16 decks, cuyo largo no superaba los cinco metros, con el objetivo de revitalizar la oferta gastronómica. Como en varias ciudades europeas, estos espacios ya forman parte del mobiliario porteño.